Mar 31, 2010
Animales beben aguas contaminadas, se alimentan con sustancias tóxicas y son sometidos a procesos industriales que afectan sus organismos.
La carne de pescado e hígado de animal registraron los niveles más alto de dioxinas.
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Las dioxinas son sustancias tóxicas generadas por la quema -por ejemplo en incineradoras de basura o en incendios forestales- y por algunos procesos industriales. También se depositan en plantas, suelos y agua, y entran en la cadena alimentaria cuando las ingieren el ganado y los peces.
“La exposición a largo plazo a niveles altos de dioxinas demostró ser la causa de una serie de consecuencias, como el cáncer. Su persistencia y el hecho de que se acumulen en la cadena alimentaria, principalmente en la grasa animal, siguen causando preocupaciones por la seguridad”, dijo la AESA.
El informe usó más de 7.000 muestras recopiladas en 21 países europeos.
El alto nivel de dioxinas ilegales apareció en parte en las muestras tomadas “durante episodios de contaminación específicos”, añadió la AESA.
En los últimos años, Europa sufrió algunas alertas sanitarias relacionadas con la contaminación por dioxinas, incluyendo un caso con queso mozzarella en Italia y otro con cerdos en Irlanda.
En Chile
Según lo que trascendió en aquel entonces, las empresas afectadas alimentaron a los cerdos vivos con los mismos cerdos con dioxina que fueron devueltos. Es decir, a los animales los alimentaron con los cadáveres de su misma especie que estaban contaminados, traspasando el tóxico a porcinos sanos, ya que la dioxina no desaparece de la carne del cerdo (almacenada en la grasa).
Todo este círculo de la dioxina es sumamente peligroso, ya que este compuesto es altamente cancerígeno y lo peor de todo es que no se sabe a que dosis actúa en el cuerpo, lo que se traduce en posibles cánceres mamarios o de próstata de quienes se alimentan de animales.
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