martes, 1 de mayo de 2018

Recursos sobre métodos alternativos a la experimentación con animales

Cada 24 de abril se celebra el Día Mundial del Animal de Laboratorio. Millones de primates, perros, conejos, gatos o ratones son condenados en laboratorios y animalarios a vidas de terribles sufrimientos para investigaciones de todo tipo: médicas, militares, cosméticas... Cada vez son más las personas vinculadas a la ciencia que cuestionan la investigación en animales y apuestan por fomentar métodos alternativos, que se han comprobado incluso más eficaces y que requieren ser desarrollados y avalados, para lo cual es necesario superar los intereses de una industria montada en torno a esos animales. El Centre for Animal Ethics de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona ha publicado una recopilación de recursos sobre métodos alternativos a la vivisección.

Conejos sometidos a experimentación científica
Cada 24 de abril se conmemora el Día Internacional del Animal de Laboratorio, una ocasión que debemos aprovechar para seguir alzando la voz en defensa de los no sabemos cuántos millones de animales que nacen, viven y mueren en jaulas de laboratorios y animalarios repartidos por todo el mundo, víctimas no solo de todo tipo de estudios y experimentos sino también de un oscurantismo que nos impide incluso acceder a la información más básica sobre ellos.
Quizás el principal embajador de todos esos animales sea Britches, un pequeño mono nacido en 1985 en un laboratorio de Estados Unidos. Nada más nacer había sido separado de su madre para ser sometido a un estudio sobre los efectos de toda privación sensorial que debía durar tres años. Le cosieron los párpados y le ataron a la cabeza un dispositivo de ultrasonidos con una grabación que oía constantemente. Vivía en una jaula, agarrado a un cilindro metálico sin ninguna atención más allá de la estrictamente necesaria para mantenerlo con vida. Fue rescatado por el Frente de Liberación Animal, curado y rehabilitado, y el mundo empezó a saber lo que ocurre en esos centros de tortura.
El pequeño Britches PETA
Hace unos meses publicamos un artículo sobre las condiciones en las que están los  perros beagle con los que practican los alumnos de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, y lo peor de aquella investigación fue que suscitó más preguntas de las que pudimos responder. Nos quedó claro que esos perros sirven no solo para que los estudiantes hagan sus prácticas (incluso cuando los animales no están en condiciones físicas y/o emocionales de soportar esas sesiones y permaneciendo toda su vida, hasta trece años en algunos casos, viviendo enjaulados), sino que también son utilizados en estudios de otro tipo. Obtener la información de la propia Universidad es misión imposible, por eso nació Transparencia Animal UCM. 
Pero, sobre todo, nos quedamos con muchas preguntas sin resolver. ¿Cuántos más animalarios hay en esa facultad? ¿Y en las demás facultades de Veterinaria de España? ¿Cuántos animales hay en todas ellas? ¿Cuántos animalarios más hay, en hospitales, laboratorios, centros de investigación, etc? No lo sabemos. Lo que sí sabemos es que cada vez son más las personas vinculadas a la ciencia que cuestionan la investigación en animales y apuestan por fomentar métodos alternativos, que se han comprobado incluso más eficaces y que requieren ser desarrollados y avalados, para lo cual es necesario superar los intereses de una industria montada en torno a esos animales.
Métodos biotecnológicos alternativos a la experimentación en Animales CANADIAN CENTRE FOR ALTERNATIVES TO ANIMAL METHODS
Por ello, de cara a este 24 de abril, nos parece especialmente interesante hacernos eco de la recopilación de recursos sobre métodos alternativos a la vivisección que ha llevado a cabo el Centre for Animal Ethics de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona. La investigación la han hecho las profesoras Tugce Ataci y Núria Almiron, y la supervisión y edición son de la propia Almirón, Paula Casal, Marta Tafalla, Montserrat Escartín, Catia Faria, Eze Páez, Laura Fernández y Sandra Amigó.
El documento parte de una premisa: cada año, en todo el mundo, millones de animales no humanos son utilizados en experimentos relacionados con la vivisección, es decir, la disección en vivo u otras prácticas invasivas o dañinas para sus cuerpos, con o sin anestesia, incluyendo experimentación psicológica o de trauma en laboratorios, en el ámbito militar, en el educativo u otros entornos. Los experimentos en no humanos pueden durar desde horas a meses y consisten en prácticas que implican todo tipo y grados de dolor físico y psicológico, incluyendo encierro forzado, aislamiento, descargas, adicción a las drogas, inanición, infecciones, quemaduras, disparos, envenenamientos, daños en el tejido cerebral, privación de la vista y manipulación genética, entre otras. 
Los dilemas éticos que surgen a partir de estas prácticas son enormes y generan una creciente oposición a la experimentación animal, así como cada vez más interés por las alternativas. Estas alternativas no son nuevas en absoluto, como no lo es el creciente interés por ellas. Hace décadas que organizaciones y científicos/as trabajan en nuevos diseños de medicamentos y métodos de investigación experimental que promueven métodos alternativos más humanos. En la Unión Europea, la legislación exige que los gobiernos nacionales contribuyan económicamente al desarrollo y validación de métodos de investigación sin animales, y el objetivo final de esa regulación es eliminar progresivamente todos los tipos de experimentación animal (Directiva de la Unión Europea 2010/63/UE).
Pruebas in vitro alternativas a la experimentación en animales PETA
El reemplazo de la vivisección con alternativas compasivas que no incluyan animales es una necesidad urgente e ineludible en el progreso hacia una sociedad más ética. Por eso, el informe recoge algunos de los recursos informativos más relevantes sobre métodos alternativos para facilitar el acceso a los mismos a periodistas, autoridades políticas y el público en general.
El complejo industrial de la vivisección es un gran negocio. El término designa diferentes tipos de organizaciones y empresas cuyos recursos de financiación dependen de, o están relacionados con el uso de animales no humanos para investigación. Esto incluye: empresas públicas o privadas que llevan a cabo directamente o por encargo prácticas de experimentación animal (sobre todo empresas farmacéuticas, pero también químicas, cosméticas y compañías de tabaco, así como gobiernos; instituciones académicas (universidades, laboratorios de invetigación, colegios médicos); y proveedores de animales para investigación y de servicios relacionados con la experimentación animal tales como órganos, instrumentos y formación.
Como en el caso de cualquier otra industria, la de vivisección invierte enormes cantidades de dinero para proteger sus negocios, incluyendo el marketing y las relaciones públicas. No es sorprendente, por tanto, que esta industria se haya convertido en el principal recurso para los medios de comunicación, autoridades políticas y público en general. Sin embargo, hoy en día existe una gran cantidad de información independiente y fiable sobre alternativas a la vivisección. Esta información incluye una amplia variedad de los más recientes métodos con beneficios demostrados de investigación sin animales.
El informe reúne algunos de los recursos más importantes sobre alternativas a la experimentación animal publicados hasta la fecha en todo el mundo. Pueden ser de ayuda para conocer los hechos reales, recopilar información precisa, contactar con autoridades independientes y expertos/as, aprender sobre la validación de alternativas y procedimientos, acceder a oportunidades de financiación, identificar las mejores bases de datos y descubrir bibliografía adicional sobre el tema.
Las listas  de recursos proporcionadas para estos fines incluyen: autoridades que validan métodos alternativos; centros de investigación y consorcios involucrados en métodos alternativos: organizaciones que financian investigación sobre métodos alternativos; organizaciones de derechos animales centradas en métodos alternativos; bases de datos; revistas académicas que informan sobre esos métodos, y bibliografía recomendada.
Como hace ese informe, animamos a quien necesite información sobre experimentación animal a que utilice los recursos recomendados en este informe para aprender sobre el creciente número de alternativas y sus beneficios tanto para los humanos como para los no humanos. 

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