lunes, 2 de mayo de 2011

Tortura de animales

domingo 01 mayo 2011
Un camión jaula transportaba vacunos a un frigorífico de la Ciudad de La Plata volcó en la localidad de Melchor Romero, provincia de Buenos Aires (Argentina), lo que fue aprovechado por decenas de violentos pobladores del lugar que comenzaron a matar animales que tenían las patas fracturadas y después cargaron con furia contra todo el ganado, llegando a romper parte de los corrales del vehículo para cortar en pedazos a vacas y novillos vivos tratando de sacar partes de carne entre las rejas y cargarla rápidamente en automóviles y camionetas; acto sangriento con gritos de dolor de animales, un espectáculo cruel que superó a cualquier película de terror. Así, con violencia, los asesinos se apropiaron de 30 vacas aproximadamente, que mataron mediante el peor salvajismo.
Esto NO es hambre, es insensibilidad, es violencia en banda, es un accionar criminal organizado, es el grado más bajo y despreciable de un grupo personas.Aprovecharse de un accidente de ruta (vuelco de un camión) y en presencia de un cuadro desgarrador con inocentes animales heridos, actuar como pirañas sin alma no tiene perdón de Dios; gente honesta –trabajadora o desocupada- no puede obrar así.
Muy alegres y sonrientes (adultos y adolescentes) patearon vacas lastimadas, golpearon con palos y hachas animales que estaban sufriendo, arrastraron con sogas y cadenas algunos ejemplares vivos, acorralaron a otros que no estaban heridos, los apuñalaron, cortaron su carne para asarla “festejando” la condición espiritual miserable y además exhibieron “orgullosos” los cueros (trofeos de la cobardía).
Ojalá el destino les devuelva el daño que hicieron. Nunca podrán ser diferentes.
El Estado no auxilió, la justicia seguramente dejará en impunidad el acto delictivo “porque no hubo denuncia” (¿y las filmaciones no sirven para actuar de oficio?; el asustado camionero y el temeroso propietario de los animales habrían aceptado “donar” a decenas de vacunos ¿qué otra cosa podían hacer? ¿y la policía? Sin palabras, por donde se analice es una vergüenza que salpica a las autoridades oficiales.

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